Es una terapia basada en el concepto de que el cuerpo entero, y cada una de sus células, tejidos, vísceras y sistemas, tienen conciencia independiente y al mismo tiempo integrada.

Es un error pensar que nuestras emociones no forman parte de nosotros mismos; el ser un humano es un ser integral, con su parte física, mental pero también emocional. Todos tenemos sentimientos, que no son más que emociones procesadas por la mente; y las emociones para todos son las mismas (amor, alegría/tristeza, ira y miedo), pero cada persona las vivirá de una forma diferente dependiendo de su estado físico y anímico que tenga en ese momento. A veces, cuando nuestro organismo no es capaz de digerirlas, son nuestros tejidos los que las abarcan, provocando en ellos un quiste energético que poco a poco disminuirá la vitalidad del tejido en el que reside. Y aquí es donde entra esta terapia, cuyo objetivo es liberar esos traumas emocionales enquistados en nuestro soma, en definitiva en nuestros tejidos, para devolverles la vitalidad y el equilibrio.

La fascia se trata de un tejido conectivo que envuelve los músculos, huesos y articulaciones protegiendo y manteniendo la estructura del cuerpo unido, dándole la forma que tenemos. Tiene muchas funciones, organiza y separa; sostiene y une las diferentes estructuras y sistemas; en definitiva, el sistema fascial forma una ininterrumpida red, que de diferentes modos, controla todos los componentes de nuestro cuerpo. Por ello, cuando una parte de la fascia queda lesionada puede afectar tejidos que están muy alejados del original sitio de la herida. La presencia de restricciones del sistema fascial y de su estructura interfieren en el desenvolvimiento funcional apropiado de todos los sistemas corporales.

El fisioterapeuta utiliza suaves estiramientos, presiones sostenidas y un posicionamiento especial para lograr cambios en el desenvolvimiento mecánico del cuerpo para eliminar esas restricciones y aliviar el dolor, como también recuperar la alterada función corporal.

Las dolencias tratadas exitosamente son muchas, destacando los dolores de espalda, hombros dolorosos, codo de tenista, tendinitis, fascitis plantar, secuelas latigazo cervical, cicatrices postraumáticas y postquirúrgicas y fibromialgia.

La osteopatía es una disciplina terapéutica que utiliza técnicas manuales para equilibrar la estructura del cuerpo permitiendo la recuperación de su capacidad funcional. Se caracteriza por ver el cuerpo como una unidad y sus aplicaciones clínicas son muy extensas:

• Lesiones músculo-esqueléticas como por ej. Dolores de espalda, radiculopatías, esguinces, etc. (osteopatía estructural).
• Patologías relacionadas con el cráneo y mandíbula, como por ej. Migrañas, traumatismos craneales, bruxismo, etc. (osteopatía craneal).
• Tratamiento de órganos y vísceras mejorando su función (osteopatía visceral).

Se trata de una herramienta más dentro de la Terapia Manual, que incluye diferentes modalidades (circulatorio, descontracturante, cyriax, etc.) dependiendo de los efectos que se quieran conseguir (disminución de la inflamación o edema, disminución de tensión muscular, eliminar adherencias, relajación, ...).

El masaje puede ayudar y complementar muchos de los tratamientos de lesiones musculares, tendinosas o ligamentosas producidas por malas posturas, por el estrés, por la mala praxis o excesiva práctica deportiva, además de todos los problemas relacionados con los sistemas circulatorio y linfático.

• Siempre que se traten problemas de salud, debe ser el Fisioterapeuta, como profesional sanitario que es, el encargado de aplicar el masaje.

Utilizamos los estiramientos para completar el tratamiento siempre y cuando sea necesario. Con ellos pretendemos mejorar la elasticidad del músculo, disminuir su tensión muscular, normalizar el tono muscular o bien mejorar la amplitud articular en aquellos casos de rigidez o limitación del movimiento fisiológico.

Destacamos la importancia que tienen los estiramientos globales, es decir, no sólo estirar un músculo aisladamente, sino trabajar toda la cadena muscular a la que pertenece.

• En la sesión de Fisioterapia, también enseñamos autoestiramientos para que se realicen en casa, en el lugar de trabajo o bien con la práctica deportiva para prevenir o ayudar en la recuperación de la lesión.

También llamada movilización neurodinámica, es un método de diagnóstico (a través de tests neurodinámicos) y tratamiento de las alteraciones mecánicas del sistema nervioso. No sólo los músculos se tensan, sino que los nervios también sufren tensión, llamada tensión neural, cuando son sometidos a fuerzas de compresión, fricción o tensión de forma repetida o mantenidas durante los gestos que realizamos en la vida diaria, en el trabajo o con la actividad deportiva.

Se lleva a cabo a través de movimientos específicos de las extremidades y tronco, con el fin de movilizar los nervios periféricos y meninges, mejorando su tolerancia a las fuerzas mecánicas relacionadas con el movimiento del aparato locomotor.

Consiste en aplicar unas cintas adhesivas sobre la piel, cuya propiedad más importante que tienen es que son elásticas, y con un grosor y peso muy comparables con el de la piel. Estas características hacen posible formar una especie de “segunda piel” creando más espacio entre la epidermis y el tejido subcutáneo, donde se encuentran entre otros los vasos linfáticos, vasos capilares y diversos receptores, liberando presión y favoreciendo el drenaje linfático.

Dependiendo de la forma que se coloquen y del estiramiento del tejido se pueden conseguir varios efectos como analgesia, mejorar la función muscular por regulación del tono muscular, estimular la propiocepción, corrección de la posición articular, aumento de la estabilidad y eliminar bloqueos de la circulación sanguínea y evacuación linfática.